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„Tus pinturas son demasiado egoístas…“

Alguien me dijo una vez:“Tus pinturas son demasiado egoístas“. Se refería al hecho de que muchas de mis pinturas muestran una figura femenina que se parece a mí. Al principio esta crítica me sorprendió. La razón de mis pinturas era clara para mí, pero no lo era para el espectador. Así que me tomé el tiempo para explicar por qué me pinto.

Selfies vs. autorretratos

Muchos de nosotros estamos acostumbrados a tomarnos „un selfie“ para decirle al mundo dónde estamos y qué estamos haciendo. Algunos de los más populares son con nuestros gatos, perros, amigos pero también con la taza de café o la cerveza. De esta manera contamos la historia de nuestra vida, una forma de retrato.
Los retratos han existido desde los orígenes de las expresiones artísticas humanas, pero las auto-representaciones del artista comenzaron a aparecer durante el siglo XV. Los autorretratos en la pintura pueden revelar aspectos de la vida del artista, así como su estado emocional y sus rasgos psicológicos.
Usualmente, cuando nos vemos en el espejo vemos una constelación de rasgos conocidos, esperamos ver al „yo“. Los autorretratos funcionan como una forma de espejo, pero a diferencia de los espejos, el proceso de auto-reconocimiento mientras pintamos puede ser lento, difícil y a veces emocionalmente angustioso.

Autorretrato: un espejo de lo desconocido

Mis autorretratos son, en este sentido, un espejo que no me dirá lo que espero ver, sino un espejo que presentará tanto defectos como virtudes. Son un proceso para encontrar y construir a una persona en constante cambio. Mientras pinto, aprendo a ver al extraño y a la persona desconocida en mí. Utilizo una serie de símbolos como flores, árboles, animales, ruinas, ventanas, agua o el „pájaro-pez“ para narrar la historia de cambios significativos en mi vida. Algunos de estos cambios involucran mi realidad como inmigrante, la reinvención de mi identidad cultural, la distancia de mi familia, mi relación con la música y cómo defino mi condición de mujer. Por ejemplo, en esta nueva pintura (Autorretrato con cobo), me presenté con un cangrejo ermitaño sentado en mi brazo. La presencia de un „cobo“ tiene un significado específico: los cangrejos ermitaños regularmente dejan sus caparazones mientras crecen para encontrar uno nuevo que coincida con su nuevo tamaño. Siendo inmigrante y artista, puedo relacionarme con ese proceso de renunciar a un hogar y recrear uno nuevo para adaptarme a nuevas condiciones.

Venta de pinturas

Para ser honesta, no hago pinturas para venderlas. Pintaría aunque nadie los comprara. Sin embargo me sintiendo honrada cuando alguien compra mi arte, porque creo que el comprador o compradora puede comprender o identificarse con el proceso emocional representado en la pintura. Pintarme no siempre es fácil, pero es algo que estoy dispuesta a hacer.